Aunque ya pasaron 32 años de aquel “jabalinazo” de oro olímpico en Moscú la cubana María Caridad Colón (foto) todavía tiene muy frescos los recuerdos que atesora como un eterno romance.«Es inolvidable, como estar más allá de lo que se recibe, me parecía que flotaba y tuve que ponerme muy fuerte en la premiación», comenta ahora, cuando la isla vive el ambiente previo otra cita bajo los cinco aros.
Envío de 68,40 metros en el primer intento la convirtió en la primera mujer latinoamericana campeona en una cita de ese tipo y abrió el camino para muchas que vendrían después, especialmente cubanas.
«Tenía que hacerlo así porque competí después de una infiltración y la estrategia era buscar pronto un resultado que sabíamos alcanzable. Era una competencia en que todas estábamos muy parejas», añade traslada al estadio moscovita que le vio saltar hasta el delirio tras saberse titular.
«Cuando comprobé que había ganado comencé a dar brincos sin zapatos y no tenía para cuando parar», asegura con la pasión que le mantiene trabajando incansablemente por el atletismo, en particular en los proyectos relacionados con la mujer.
Acepta que su vida fue diferente desde entonces, dado el positivo acoso de los admiradores. «Todo el mundo me saludaba, quería hablar conmigo, para elogiarme», pero también se colmó de más responsabilidades.
«Desde entonces fui punto de referencia, tenía que dar el ejemplo para quienes vinieran luego», confiesa la baracoense de nacimiento y también doble campeona en Juegos Centroamericanos y Panamericanos.
Para despedir el diálogo no podía faltar la opinión sobre lo que acontecerá en Londres y su respuesta fue rápida: «El atletismo se ha multiplicado mucho, no hay como antes unos pocos países que dominen, nosotros hemos contribuido a esa rivalidad que existe y nuestros atletas están preparados para una medalla sin decir color».
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