miércoles, 9 de mayo de 2012

Melbourne 1956: Al otro lado del mundo

Por Roddy Romo Seguí

La ciudad de Melbourne, Australia, resultó escogida como sede de los XVI Juegos Olímpicos de Verano, tras superar por mayoría de votos a Buenos Aires (Argentina), Ciudad de México (México) y seis urbes de los Estados Unidos de América, durante la 43ª Sesión del Comité Olímpico Internacional, efectuada el 2 de abril de 1949 en Estocolmo, Suecia.

Uno de los principales incovenientes de la Olimpiada de 1956 estuvo en el traslado de los atletas de las diferentes naciones, debido a que el viaje era largo y costoso. También había que esperar al verano austral para la celebración del evento, lo cual obligó modificar los calendarios deportivos a varios países que atravesaban en esa fecha por pleno invierno.

Por si fuera poco, en Australia existía una ley que exigía una cuarentena de seis meses a los caballos, y ante la imposibilidad de hacer una excepción en las olimpiadas las pruebas de hípica se celebraron en Estocolmo.

Para males mayores dos eventos internacionales originaron boicots en los Juegos. El primero fue la participación de los británicos y franceses en la Crisis de Suez, que produjo la ausencia de Egipto, Líbano e Iraq; mientras, el tratamiento de la revolución húngara por parte de la Unión Soviética impidió la participación de España, Holanda y Suiza.

Hungría y la Unión Soviética estuvieron presentes, lo cual llevó, entre otros asuntos, a un partido de waterpolo muy disputado y violento entre ambas naciones, conocido posteriormente como “el baño sangriento de Melbourne”.

A pesar de todos estos inconvenientes, el 23 de noviembre de 1956 más de 100 mil  personas presenciaron el desfile inaugural, en el que tomaron parte tres mil 500 atletas (tres mil 103 hombres y 397 mujeres) de 67 países, quienes en vez de desfilar cada uno detrás de su bandera lo hicieron mezclados en señal de amistad y paz.

En el orden individual, el húngaro Laszlo Papp se convirtió en el primer boxeador que gano tres medallas de oro; mientras, su compatriota Agnes Keleti obtenía un total de diez preseas en la gimnasia artística, de ellas cuatro doradas y dos de plata.

Otros tricampeones en la cita australiana fueron la corredora local Betty Cuthbert, el velocista estadounidense Bobby Joe Morrow, el nadador australiano Murray Rose y el gimnasta ucraniano Viktor Chukarin.

En 1956 comienza una tradición olímpica inspirada por el adolescente australiano John Wing, en la cual los deportistas de diversos países pueden marchar juntos en la ceremonia de clausura como símbolo de unidad mundial, en vez de tener que hacerlo con sus equipos nacionales.

En una carta de Wing dirigida a los organizadores de los Juegos de Melbourne dejaba claro su ideal: "Durante los Juegos solo habrá una nación. Se olvidará la guerra, la política y las nacionalidades. ¿Qué más podría querer uno si el mundo fuera una sola nación?".

Cuba participó en la decimosexta edición de las Olimpiadas Modernas con 16 deportistas (15 hombres y una mujer), pero al igual que en la versión precedente no pudieron escalar el podio de premiaciones.

Finalizada el ocho de diciembre, la cita fue dominada por la Unión Soviética con 37 coronas, 29 subtítulos y 32 terceros lugares, seguida de Estados Unidos (32-25-17), Australia (13-8-14), Hungría (9-10-7), Italia (8-8-9), Suecia (8-5-6), Alemania (6-13-7), Gran Bretaña (6-7-11), Rumania (5-3-5) y Japón (4-10-5).

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